Hace un par de años, mirando una película con mi novia ella me pregunto
entre llantos y pañuelos "¿Cómo puede ser que no llores si es re
triste?". A lo que yo le conteste un simple "No sé..." hice una
breve pausa donde trague saliva y agregue "igual vos sabes que yo soy
sensible o no?" indague con una mirada tímida y frágil como la que tiene
un niño cuando pregunta si es cierto que papa noel son los padres, rogando por
favor que eso no sea cierto porque si no su mundo se vendría abajo. Ella me
contesto: "vos sos re sensible pero yo no dije que no lo sos. No puedo
creer que no llores. Pareces un robot". Con la primera parte me conforme y
no me concentre mucho más en esa segunda parte de su respuesta, inclusive lo
sentencie todo con un pensamiento machista: "tampoco es tan triste, las
minas lloran en todas las películas".
Varios años posteriores a eso, escuchando a Hernan Casciari (un escritor)
relatar un cuento hablándole a su hija sobre la emoción al escuchar un
fragmento de una canción y no solo eso sino su posterior lagrimeo contando que
extraña a su hija, a la que en ese momento se encuentra en otro país; cometí el
error - o no - de buscar la canción para ver si esa emoción de la que él
hablaba en su cuento, realmente existía en esa frase. Además, le agregue el
plus de oír una de las voces más emotivas que existen, la de la negra Sosa.
Puse play y espere, espere la emoción, espere la angustia en mi pecho, espere
la humedad en mis ojos y el nudo en la garganta. y ahí me surgió una pregunta
cuando ninguna llego: "¿dónde está mi lagrima?" y esa pregunta dejo
paso a una más profunda, "acaso perdí mi posibilidad de llorar?, soy un
robot?" los pensamientos se agolparon en mi mente, "nunca más volveré
a llorar?", "Entonces, si no puedo llorar que soy? que es un humano
sin el llanto? como hago para descargar todo lo que me oprime el pecho si no
puedo derramar lágrimas? y si consigo la felicidad máxima, tampoco
llorare?" pero si me recuerdos no me fallan, más de una vez he tenido la
garganta cerrada por la tristeza y hasta he hecho fuerza para que mis lágrimas
no salieran de mis ojos, por alguna estúpida razón ahora creo. "eso me
quedara para siempre? la impotencia de sentirme muy triste pero sin poder
llorar¿?"
Tal vez, esa sea mi cruz. Cargar con la esperanza que algún hecho
trascendental en mi vida me genere aunque sea el escapar de una lagrima, aunque
solo sea una sola. Tal vez alguna muerte cercana o tal vez la llegada de un
hijo. Algún proyecto personal, algún gol en el potrero, algún reconocimiento público.
Quien sabe, tal vez me sea imposible llorar o tal vez no. pero ahora no sé cómo
seguir; debo preocuparme por esa situación o debo dejarla a un lado como una
simple banalidad de un día cotidiano?. Los griegos se la pasaban pensando sobre
muchas cosas, eso ayudo al mundo de alguna manera pero a mí, en este momento no
sé si me sirve. Soy de pensar que algunas cosas es mejor no pensarlas demasiado
pero también que es mejor no dejarlas en el olvido, aunque uno no necesariamente
debe pensarlas todo el tiempo. Deben estar al alcance de la mano, lo
suficientemente lejos para que no nos agobien y lo suficientemente cerca para
que de ser necesario, de un rápido manotazo la tengamos a nuestra merced.
Con suerte en poco tiempo quizás, manotee este
desparramo de palabras, lo recuerde con una sonrisa escondida entre lágrimas y
por fin lo pueda patear al cajón de las cosas archivadas. Aunque pensándolo
bien, al llegar ese momento, no sería ese mi último llanto?.
..Sabiduria en ojotas..
jueves, 28 de abril de 2016
Viento Nocturno
Era de noche. Pasada la medianoche de una navidad muy calurosa. Preso del insomnio me puse a leer unos libros de terror. Entre párrafo y párrafo se escuchaban varias cosas. El conjunto de grillos en el patio, el colchón quejándose de mis movimientos, el ronquido del tío y el viento.! A medida que la historia se volvió más oscura menos ruidos había. Aunque siempre uno perduraba. El viento. Afuera se escuchaba ese susurro nocturno. Y no solo eso. Sino el pasto y esa sensación de que ahí afuera, a escasos 10 cm de la ventana algo camina entre el pasto con paso firme y lento.
En ese momento pensé que era el momento perfecto para acompañar el relato. Pero después de un rato ya no estaba tan seguro de la compañía sonora. El sueño empezó a ganarme y ya estaba empezando a cabecear. Decidí dejar la lectura y servirme un vaso con agua. En el camino a la cocina, el pasillo se sentía más largo de lo normal y mi tío había vuelto a roncar. Mientras me servía el agua, sentí una brisa helada por la espalda y por el temblor termine tirando agua al piso. En ese momento casi pierdo el equilibrio pero dando un paso hacia atrás evite caerme. Durante unos segundos solo se oía el sonido del agua cayendo al piso y el viento. El viento que sonaba a lo lejos pero como si intentara entrar a la casa por la
fuerza.
Después de limpiar el desastre que hice volví hacia mi cama pensando que hacia demasiado calor y que no iba a poder dormir con la ventana cerrada. Entonces una suave brisa como si de un silbido se tratase me rozo la mejilla y ya no pude ver más nada. Solo veía oscuridad y escuchaba el viento que soplaba cada vez más fuerte. Para ese entonces ya no podía mantenerme en pie y me fui al suelo. No entendía nada, no sabía que me estaba pasando y el viento ya parecía un rugido. Intente levantarme pero no podía. Ahora no solo no podía ver sino que tampoco podía caminar. En ese momento el viento me empezó a arrastrar hacia mi habitación de una manera salvaje y me golpeaba contra las paredes. Quise gritar y note que no tenía voz. Intente con más fuerza pero fue en vano y sentí los músculos de mi garganta lastimarse. Mis manos sangraban al intentar aferrarse a algo. Entonces hubo silencio. No se escuchaba nada. O eso pensé hasta que empecé a escuchar el viento a mí alrededor. Estire mi mano ensangrentada y note que estaba sentado con mi espalda en el árbol del patio. Abrí los ojos sin esperanza, con la certeza de que no podría ver nada. Sin embargo, pude ver a la perfección el patio. El sauce llorón, el pasto y vi la ventana de mi pieza. Estaba intacta.
En ese momento me surgió un escalofrío por la espalda. Mire hacia arriba y las ramas del sauce empezaron a moverse de un costado a otro. Cuando note que las ramas se movían hacia mí como intentando abrazarme, quise incorporarme pero me era imposible. Empecé a forcejear con las ramas pero no había forma de zafarse. El viento paso cerca de mis oídos produciendo un sonido, como si me susurrara algo. Entonces, el pasto empezó a moverse como si alguien lo pisara y el viento comenzó a sonar cada vez más terrorífico, se me helo la sangre y en ese momento el viento...
jueves, 14 de enero de 2016
El diablo y la trampa
Capitulo 1:
Tatuaje.
Bruno bajo del avión tan dormido que ni siquiera saludo a la azafata. Cuando esperaba su valija, miro hacia el costado y vio que Esteban le estaba esperando. Levanto la mano torpemente en forma de saludo, mientras con la otra se refregaba los ojos. Agarro sus cosas y fue a su encuentro.
- Buenas, ¿Qué haces despierto a esta hora? – dijo Bruno.
- Te vengo a buscar boludo. ¿Qué voy a hacer acá sino? – bromeo con una sonrisa Esteban.
- Veni, tengo el auto afuera –
- Más te valía. ¡Lo único que me faltaba es que vinieras a buscar a pata! – dijo socarronamente Bruno.
- ¿te conté que cambie el auto? –
- No. ¡Que bueno!, Ya era hora. Ósea, todo bien con el R12 pero ya no daba mas -
- ¡Sos jodido che! – dijo Esteban.
Subieron ambos al auto y se fueron derecho al departamento de Bruno. Este dejo los bolsos en cualquier lado y fue derecho a la cocina a preparar mate.
- ¿No queres guardar las cosas antes? – pregunto Esteban.
- No sabes las ganas que tengo de tomar mate. Allá en Japón tendrán muchos Godzilas pero mate o yerba, imposible –
- Jaja, Hablando de eso: ¿Cómo te fue? –
- Espera que traigo el mate y te cuento – dijo Bruno desde la cocina.
Esteban se acomodo en el sillón mientras que Bruno se sentó en el suelo con la pava y el mate. Cebo uno a su amigo y empezó con su relato.
“Es un flash. La verdad que es como si estuvieras en una maquina de tiempo rota. En una cuadra tenes una casa vieja de madera de anda a saber que época y a los metros un edificio súper moderno con un robot que te saluda en la entrada y todo.
La pase re bien en el viaje, porque pude hacer casi todo lo que quería: comer ramen, aunque el olor es tremendo, tomar sake y pude probar el sushi.
Conocí varios lugares y hasta me di el lujo de perderme.”
- ¿Adonde te perdiste? – pregunto intrigado Esteban.
“Fue re pavo lo mío. Iba en el tren bala, me distraje y cuando freno en una estación, me baje. Ni me fije cual era. Seguí caminando mientras miraba el plano que me lleve. Di vueltas por un rato largo, hasta que encontré un señor afuera de un negocio y fui a preguntar, cuando el viejito me pregunto:
- ¿Vino por un tatuaje? –
La verdad que no fui para eso pero me explico que tatuaba de la manera tradicional japonesa y entonces le dije que sí.
- Aquí le tatuare el tatuaje que su destino le marque. Saque un grano de arroz del frasco y el kanji ahí escrito nos dirá que tatuaje le eligió el destino – explico lentamente el señor.”
- ¿Y te lo hiciste?, salto Esteban.
Bruno le hizo una seña con la mano de que esperara.
“No hay problema le conteste. Me pregunto donde lo quería y me dijo que saque el grano de arroz. Se lo di. Lo leyó. Me señalo una silla para acomodarme, preparo todo y me tatúo.”
Bruno estiro su brazo y dio vuelta su muñeca en dirección a Esteban.
- Esta bueno, ¿viste? Es un diablito sosteniendo un tintero con una pluma –
Después que le pague me señalo donde estaba la estación y pude tomar el tren. Una vez adentro estuve unos minutos intentado descifrar en cual estacion me tenía que bajar para poder visitar Hiroshima, pero por suerte una par de nenas me escucharon renegar y como una sabia español se acercaron y me dijeron que faltaban dos estaciones más. Les agradecí y les pregunte como se llamaban, una se llamaba Sadako y la otra Laura. Les di la mano, me senté y cuando vi que bajaron como tenía sueño decidí seguir hasta el hotel.”
Capitulo 2:
Muerte.
Hace un mes ya del funeral de Bruno y todavía no abrí la caja que me dio su hermano. Me acuerdo que unos días después del funeral vino Lucas a mi casa y me dijo que su hermano había preparado una caja con un monton de cosas. Inclusive el último intento de hacer un cuento.
- Me dijo que se la diera a su amigo “el escritor”, je. – Dijo Lucas con una leve sonrisa.
La recibí y la deje en el estudio. No me había animado abrirla. Me daba mucha tristeza pero mi novia insistía. Por lo tanto tome coraje y lo hice.
No habian muchas cosas pero había algunos cuadernos, hojas sueltas y blocs de hojas. La mayoría eran ininteligibles. Letra característica de Bruno. Arriba de todo estaba uno que me llamo la atención, se llamaba: Los Sueños. Como ya era tarde y estaba cansado deje la caja y me fui a dormir.Al día siguiente me acorde de ese texto y me decidí a leerlo:
“Esta es una historia verídica aunque no puedo confirmar que sea real”.
La fecha era de unos 3 meses después del viaje a Japón. Seguí leyendo un poco más para saber de que trataba.
“Ya van 6 o 7 noches que tengo el mismo sueño. Estoy perdido en una ciudad desconocida. Cuando me atropella una multitud. Me levanto y veo que estoy en una playa, en la orilla del mar. Entonces veo venir una ola inmensa que me tapa y en ese momento me doy cuenta que me estoy quemando vivo.”
Pienso que es un buen comienzo para un texto de ficción. Al terminar de leer me recuerdo que Bruno no andaba bien la ultima vez que lo vi. Esa vez nos encontramos en mi casa. Lo invite a cenar pero lo cambiamos por unos mates porque me dijo que esa noche no podía. Cuando lo vi note que no tenia el buen humor de siempre y se veía medio preocupado. Le pregunte que le pasaba y me dijo que tenia una amiga que andaba con algunos problemas.
Capitulo 3:
Rareza.
Bruno era raro y era rara nuestra relación. Nunca nos besamos y ni paso nada entre nosotros, pero sin embargo éramos muy unidos. Cuando me sentía mal por lo que fuera, lo llamaba a el y cuando me pasaba algo bueno también. El me sabía escuchar y siempre antes de decir algo, te abrazaba y después daba un consejo.
Ese detalle me sirvió para notarlo mas raro que de costumbre.
Cuando estuve con el antes de su muerte, le conté que había conseguido un trabajo mejor. Entonces se me acerco, me dio un fuerte y largo abrazo y con la voz entre cortada me dijo: “Conocerte me alegro la vida”. Y enseguida empezó a hablar rápidamente de pavadas.
Además lo note extrañamente callado, sin chistes ni nada. Sumido en sus pensamientos.
Algunos días después del funeral de Bruno, su hermano aparecio en mi casa y me dio una caja con varios libros y películas.
- Me dejo una nota que decia que te los traiga. Porque sabía que te gustan mucho los libros de Garcia Marquez y de Darren Shan – dijo
Me saludo y se fue caminando muy lentamente. Se le notaba la tristeza en sus ojos.
Capitulo 4:
El loto y la tortuga.
Fue un cumpleaños o una fiesta, realimente no me acuerdo bien. Estaba con un conocido cuando un amigo nos presento.
- Bruno, ella es Anahi. Anahi, Bruno.
Nos saludamos pero no nos dimos ni bola. Fue recién mas tarde cuando empezamos a charlar. Teníamos mucha química y antes de que se fuera nos pasamos los teléfonos.
Dos días después, ella me escribió para vernos. Nos juntamos en un café. Era raro tener tan buena onda con una mujer sin pretender nada más. Nos divertíamos mucho juntos. Tanto que nuestros amigos nos decían que parecíamos pareja.
Cuando volví de mi viaje a Japon, la llame para vernos y tomar unas cervezas. Nos encontramos en un bar cerca de mi casa. Cuando la vi, estaba bastante cambiada. Se había cortado y teñido el pelo y hasta se había echo un tatuaje en la espalda detrás del hombro izquierdo. Era una flor de loto.
En el momento en que lo vi, se me sacudió todo, se nublo mi vista y me sentí mareado. Anahi me ayudo a sentarme y el mozo me trajo un vaso con agua. Luego de unos minutos me sentí mejor. Estuvimos charlando un par de horas. Nos despedimos en la puerta y cuando yo miraba como se subía al taxi, lo note. Tenía un grillete en su tobillo izquierdo. Enseguida me sentí mal y me desmaye.
El mozo me daba aire con una servilleta cuando le decía al encargado que llame a una ambulancia. Me senté y le dije que ya estaba mejor, que no era necesario. Me levante con dificultad y como no estaba lejos de casa y quería tomar aire me fui caminando un poco mareado.
En la esquina de mi departamento, me cruce a un joven con un auto importado, vestido con un traje que parecía muy costoso y al bajarse del vehiculo. Vi que tenía en su pierna agarrado una cadena y una bola.
Capitulo 5:
El grillete.
Seguí mi camino. Pensando que era eso que había visto. Cuando llegue a mi departamento me dolía mucho la cabeza y me acosté. Estuve con fiebre toda la noche. Tuve pesadillas horribles y me despertaba todo sudado.
Ese día empezó mi calvario. Ahora no solamente veía cada tanto a algunas personas con cadenas, sino que escuchaba una voz, que al pasar cerca de esas personas me susurraba unas palabras in entendibles.
La voz se hizo mas frecuente. Más y más. Un día estaba en mi habitación, tirado en la cama escuchando música, cuando me pareció oír algo. Apague el reproductor.
Silencio.
Apreté play y cuando me acomode la almohada, lo vi. Una sombra proyectada en la pared enfrente a la cama. Tenía 3 ojos rojos brillantes y sonreía mostrando unos colmillos.
“Nuestra parte oscura siempre quiere algo”
Ring, ring.
- “Che boludo, deja de pavear y abrime.” – Escuche la voz de Esteban.
Capitulo 6:
El origen.
Hace dos días cuando Esteban vino a cenar a casa, me mostró su tatuaje en forma de tortuga y sentí algo extraño. Al irse le vi a mi amigo una cadena colgando de su muñeca. Eso, la sombra y mis episodios anteriores no me dejaban dormir.
Cuando fui al almacén a comprar yerba, el muchacho que estaba detrás del mostrador le contaba muy contento a un conocido suyo que se había ganado un premio de la lotería. En ese momento note que su cuello tenía un grillete y escuche claramente una voz.
- “¿Empiezas a entender?”
Me di vuelta pero no vi a nadie. Escuche un susurro pero sin entender nada. Salí corriendo hacia mi casa y subí por las escaleras rápidamente, entre en el departamento y después de cerrar la puerta me quede agitado apoyado en ella. Cuando abrí los ojos lo vi.
Mis ojos no lo creían. Un zorro negro como la noche, sin ojos ni boca.
Pestañee un par de veces pero no lo podía entender. Entonces el animal se movió muy suavemente como si no tuviera intenciones de asustarme. Se acerco al centro de la mesa donde estaba mi taza preferida, apoyo sus patas traseras y sorbió mi café. Luego se acomodo como para dormir y dijo.
- “Siempre me causa gracia las reacciones humanas”, sonó una voz lúgubre.
Me quede completamente anonadado. Enseguida pensé como puede…
- ser que a pesar de no tener boca este hablando. Te preguntas eso y no, ¿porque un zorro esta en tu mesa tomando café?
- Que…como puede…que…” – Balbuceaba..
- Una pregunta a la vez – dijo el animal mientras se sentaba en sus patas traseras
- Veo que eres un poco lento y la paciencia no es mi fuerte. ¿Tiene una idea de quien soy? Bueno, ¿ves los grilletes y las cadenas no es cierto? Hace mucho tiempo me aparecía frente a los hombres y les ofrecía un trato a cambio de su alma; pero con el tiempo me aburrí demasiado entonces decidí desaparecer un tiempo. Con el paso de los siglos me di cuenta que cada vez son mas avaros y ambiciosos los seres humanos, entonces decidí ver como su egoísmo crece y como ellos solos firman el pacto sin que tenga que aparecer.
- ¿A que te refieres? - Pregunte.
- Una vez alguien dijo: “la trampa del diablo no te hará caer, a menos que ya estés mordiendo el anzuelo”.
- ¿Es decir que todos aquellos que les vi las cadenas ya firmaron el pacto?
- Están en distintas instancias del contrato. Por ejemplo: Los que tienen la cadena sin el grillete les falta la firma. Después surge el grillete y solo falta tomar en esos casos mi recompensa.
Me mire de pies a cabeza pero no vi nada. Me quede paralizado hasta que reaccione.
- Yo no tengo cadenas ni nada. ¿Porque yo entonces? Dije muy tímidamente.
- No se, yo no manejo todo. Algunas cosas se las dejo al azar.
La luz del departamento empezo a parpadear. Nos quedamos en silencio los dos. La luz parpadeo otra vez y cuando me di cuenta ya se había esfumado. Me deje caer al piso y me puse las manos en la cara. Solté un largo suspiro y fue en ese momento que cuando parpadeo la luz y quedo por un segundo la oscuridad reinando la habitación, atravesó la puerta el zorro se acerco a mi oído derecho y me susurro:
- Nadie esta a salvo de la locura.
Capitulo 7:
Obsesión.
Era difícil concentrarme en mis pensamientos cuando afuera se escuchaba las gotas de lluvia, el ruido de las cadenas y esa horrorosa voz que se le pasaba susurrándome cosas. Mas difícil se hacia cuando por momentos en la calle estaba completamente solo.
A veces pasaba horas en completo silencio y era ahí cuando intentaba relajarme y descansar pero enseguida volvían las cadenas y las sombras. Pocas eran las noches que podía dormir sin tener pesadillas.
Tarde algunos días en caer y darme cuenta que mis dos mejores amigos tenían cadenas. Entonces me empecé a desesperar. ¿Qué significaba?, ¿acaso ellos ya estaban condenados? Y lo más importante: ¿tenían salvación?
No se cuantas noches estuve pensando en como llevarlo a cabo, me sentía confundido. Era un espía vigilando los movimientos de mis amigos sin que lo supieran; hurgaba en sus cajones, basura, lo que fuera. Los manipulaba, los interrogaba y los ponía a prueba sin que ellos se dieran cuenta. Empecé a dudar después de un tiempo si lo que estaba haciendo era lo correcto o no, me sentía mal por tratar así a mis amigos, por mentirles, por engañarlos, pero no podía evitar sentirme bien cuando lograba mi cometido.
Simulaba charlas para obtener las distintas respuestas posibles y así saber como reaccionarían; luego de manera sutil introducía las preguntas que necesitaba para que no quedaran muy desubicadas. Observaba cuidadosamente todos sus movimientos, me fijaba qué tipo de gestos hacían acorde a la reacción que tenían.
Me sentaba en mi casa a oscuras y en el piso, revisaba la información que había recopilado, pero siempre con mucho cuidado de que nadie me viera inclusive cuando estaba en mi propio hogar. Con toda esta información armaba escenas para sí poder guionarme y saber como actuar en distintas situaciones.
Capitulo 8:
El robo.
Lo pensé, lo revisé, leí hasta el último detalle, entonces en ese momento me di cuenta que era perfecto. Ese fue el momento en que lo volví a repasar por tercera vez. No fue nada fácil, más de una vez tuve la posibilidad de llevarlo a cabo pero no podía hacerlo. De repente me surgió la oportunidad de una manera inesperada. Esteban hacía unos días me había comentado que había terminado su libro, y hoy me invitaba a su casa para mostrarme el manuscrito, se le notaba en la voz cuan contento y orgulloso estaba de su obra.
Nos juntamos a la tardecita a tomar unos mates mientras decidíamos que íbamos a comer. Le sugerí hacer unas pizas, porque era algo sencillo de hacer. Ya entrada la noche compramos los ingredientes y yo además llevé un par de cervezas para tomar. Mientras comíamos mirábamos una película de terror. Cuando terminamos de comer nos pusimos a charlar de los libros que habíamos leído.
-Espera un minuto- me dijo Esteban
-No hay problema- dije y agrege – me vas a mostrar tu hijo pródigo-
-Jajá, si ahora te lo traigo- contestó.
Al regresar traía en sus manos el manuscrito y tenía muchas hojas.
-Me llevó un par de años pero estoy muy contento con lo que logré- dijo mientras dejaba el libro en frente mío
-Leelo tranquilo que yo mientras voy a buscar otra cerveza.
Despues de un tiempo largo termine de leerlo.
- Y?, qué te pareció?- preguntó ansioso Esteban.
Se notaba claramente que era un libro suyo, tenía su sello, tenía eso que lo hacía tan buen escritor. Me di cuenta que era excelente, era su mejor obra, y tuve que disimular la angustia que me generó saber eso y recordar mi plan.
- La verdad que te quedó muy bueno, está para que hagan una película- le dije.
- No serás muy apresurado, primero que lo publique alguna editorial -
- La humildad de los grandes, jeje.
- Me traería un poco de agua por favor-
- Si, esperame que ya te traigo- dijo Esteban mientras se levantaba de la silla.
A penas se alejó de la mesa, cuando una botella pasó rozando su cabeza y se estrelló contra la pared.
- Qué carajo pasó?- preguntó Esteban asustado
- No escribas más!!!! Estoy harto de tener que mentirte porque no te das cuenta que nunca vas a llegar a nada.
- Pero que te pasa Bruno?
- No escribas más!!! No tenés talento, no escribas más!!!- le grité con rabia.
Me levanté de la silla súbitamente y mientras Esteban me miraba atónito agarré una botella de la mesa y se la partí en la cabeza. Esteban cayó desmayado y sangrando.
Después de unos minutos, Esteban se levantó despacio agarrándose la cabeza. Empezó a abrir los ojos y entonces vio el desastre. Encima de la mesa estaba su notebook partida a la mitad con una cuchilla clavada. Empezó a tambalearse, y cuando giró hacia su habitación no lo podía creer. Arriba de su cama estaban todos los libros y cuadernos de sus escritos quemándose. Inclusive su última obra, todos ardiendo. Al ver la expresión en su cara me fui sonriendo con lágrimas en mis ojos.
Capítulo 9:
El otro robo.
No había de otra forma. Lo tenía que hacer quiera o no. Estaba contento de lograr mi objetivo.
Sabia que no podia fallar! Lo habia planeado cuidadosamente.
Habia hablado con Anahi hace como 2 meses cuando me conto que habia podido sacar un credito en el banco y pudo pagar el estudio para grabar su cd. Ese dia estaba radiante, con una gran sonrisa y un brillo en los ojos que parecia fuego. Me conto todo.
Que era un estudio nuevo en la ciudad pero que el productor era uno de los mejores, que habia podido comprarse una guitarra nueva con la plata pero que le quedarian varias deudas. Igual estaba orgullosa de eso. Estaba a pocos dias de cumplir su sueño.
Dos semanas antes de que terminara de grabar, le dije que me habia surgido un trabajo muy importante en otro pais y que tenia que irme si o si. Se puso triste al saber que no iba a estar para la grabacion de su primer cd pero me perdono y me regalo una de sus sonrisas!.
Estuve vigilandola durante esas 2 semanas y cada tanto le escribia preguntandole como iba su grabacion. De esa manera me asegure saber todos sus movimientos. Cuando volvia a la pension donde me escondia, inclusive a plena luz del dia, sentia como una voz me susurraba de manera muy tetrica: "no lo vas a lograr. Ahora son mios..". A veces era solo la voz, a veces se me aparecia la zorra negra de ojos rojos y solamente me miraba.
Los primeros dias de grabacion pude entrar en el estudio y hacerme amigo del productor y de los tecnicos. Gracias a eso, cuando sabia que Anahi no estaba en el estudio los iba a visitar. Cuando me dijo el sonidista que ya habia terminado de grabar el disco. Le convenci que me permitiera escucharlo antes de que lo manden a la discografica. Con la excusa de brindar, lleve para brindar una botella de champagne y un par de copas. Logre distraerlo y le puse unas pastillas para dormir en la copa sin que se de cuenta. Le robe la unica copia que tenia del disco con la tapa, la grabacion entera que habia en la maquina y me fui.
Cuando llegue a la pension grabe una copia del disco. Luego, me encargue de hacerle una llamada a Anahi para decirle que estaba por llegar al aeropuerto y si me podia ir a buscar. Cuando salio de la casa, aproveche y me meti en su casa. Fui hasta a su habitacion y le rompi la guitarra nueva y la criolla que tenia y le corte las cuerdas y le deje el cd con caja y todo partido al medio. Arriba del disco le deje una nota escrita por mi mano que decia "nunca vas a llegar a nada".
No era mi intencion pero para que todo saliera bien, como lo habia planeado, tenia que verla. Tenia que cerciorarme que ella sufriera con lo que le hice y que me odiara para siempre.
Capítulo 10:
El ultimo acto.
Despues de caminar durante varias horas hasta llegar a la pension que habia alquilado, me acoste en la cama cansado y llorando.
No se cuando me dormí ni por cuántas horas. Me sentía medio dormido y me senté en la cama lentamente, me paré, cuando abrí los ojos y vi en donde estaba me caí sentado al suelo. Estaba en un teatro y yo estaba en el borde del escenario mirando hacia las butacas donde estaría el público. De repente se apagaron las luces u n reflector de cada lado iluminaba el centro del telón. Éste empezó a abrirse lentamente y de ahí apareció caminando el zorro negro. El mismo que días atrás apareció en mi casa y cada noche en mis pesadillas.
Parecía enojado y se acercaba como si yo fuese su presa. Me levanté a los tumbos y con el poco coraje que tenía le grité: “ya no te pertenecen. Ya me encargué de destruir sus sueños, de borrar sus cadenas.” El zorro detuvo su marcha. De su rostro negro surgió una boca con dientes filosos. Gruñó y esa boca se abalanzó hacia mí y perforó mi pecho. En ese momento sentí como si estuviera mordiéndome el alma.
A los pocos segundos la boca volvió hacia el zorro pero con algo entre sus dientes. Me sentí cada vez más y más pesado hasta el punto en que me fui de bruces al suelo. En ese instante cerré mis ojos.
Después note que estaba en el teatro municipal y sentado en primera fila. El zorro se acerco lentamente hasta el borde y me dijo: “Tus amigos son míos y sus cadenas no desaparecerán nunca. Todo tu esfuerzo fue en vano.” Se dio vuelta y empezó a caminar hacia el fondo del telón. Giro su cabeza y se empezo a reir con una carcajada tétrica. Luego, mostró una sonrisa burlona, me miro y dijo:
“el diablo sabe por diablo pero mas sabe por viejo”.
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