jueves, 28 de abril de 2016

Viento Nocturno


Era de noche. Pasada la medianoche de una navidad muy calurosa. Preso del insomnio me puse a leer unos libros de terror. Entre párrafo y párrafo se escuchaban varias cosas. El conjunto de grillos en el patio, el colchón quejándose de mis movimientos, el ronquido del tío y el viento.! A medida que la historia se volvió más oscura menos ruidos había. Aunque siempre uno perduraba. El viento. Afuera se escuchaba ese susurro nocturno. Y no solo eso. Sino el pasto y esa sensación de que ahí afuera, a escasos 10 cm de la ventana algo camina entre el pasto con paso firme y lento.

En ese momento pensé que era el momento perfecto para acompañar el relato. Pero después de un rato ya no estaba tan seguro de la compañía sonora. El sueño empezó a ganarme y ya estaba empezando a cabecear. Decidí dejar la lectura y servirme un vaso con agua. En el camino a la cocina, el pasillo se sentía más largo de lo normal y mi tío había vuelto a roncar. Mientras me servía el agua, sentí una brisa helada por la espalda y por el temblor termine tirando agua al piso. En ese momento casi pierdo el equilibrio pero dando un paso hacia atrás evite caerme. Durante unos segundos solo se oía el sonido del agua cayendo al piso y el viento. El viento que sonaba a lo lejos pero como si intentara entrar a la casa por la
fuerza.

Después de limpiar el desastre que hice volví hacia mi cama pensando que hacia demasiado calor y que no iba a poder dormir con la ventana cerrada. Entonces una suave brisa como si de un silbido se tratase me rozo la mejilla y ya no pude ver más nada. Solo veía oscuridad y escuchaba el viento que soplaba cada vez más fuerte. Para ese entonces ya no podía mantenerme en pie y me fui al suelo. No entendía nada, no sabía que me estaba pasando y el viento ya parecía un rugido. Intente levantarme pero no podía. Ahora no solo no podía ver sino que tampoco podía caminar. En ese momento el viento me empezó a arrastrar hacia mi habitación de una manera salvaje y me golpeaba contra las paredes. Quise gritar y note que no tenía voz. Intente con más fuerza pero fue en vano y sentí los músculos de mi garganta lastimarse. Mis manos sangraban al intentar aferrarse a algo. Entonces hubo silencio. No se escuchaba nada. O eso pensé hasta que empecé a escuchar el viento a mí alrededor. Estire mi mano ensangrentada y note que estaba sentado con mi espalda en el árbol del patio. Abrí los ojos sin esperanza, con la certeza de que no podría ver nada. Sin embargo, pude ver a la perfección el patio. El sauce llorón, el pasto y vi la ventana de mi pieza. Estaba intacta.

 En ese momento me surgió un escalofrío por la espalda. Mire hacia arriba y las ramas del sauce empezaron a moverse de un costado a otro. Cuando note que las ramas se movían hacia mí como intentando abrazarme, quise incorporarme pero me era imposible. Empecé a forcejear con las ramas pero no había forma de zafarse. El viento paso cerca de mis oídos produciendo un sonido, como si me susurrara algo. Entonces, el pasto empezó a moverse como si alguien lo pisara y el viento comenzó a sonar cada vez más terrorífico, se me helo la sangre y en ese momento el viento...

No hay comentarios:

Publicar un comentario