La Bestia Negra.
Era de noche, estaba oscuro, muy oscuro. Me desperté asustado, bañado en sudor. No sabia que hora era, había perdido la noción del tiempo. No se veía nada, apenas distinguí un halo de luz. Pude distinguir que la luz provenía de una ventana. Estaba a unos metros míos pero era tan pequeña que solo se iluminaba una esquina.
Todavía dormido intento centrar mi vista en ese pequeño hueco iluminado, cuando por el rabillo del ojo me parece ver algo. Por reflejo del susto, me muevo hacia atrás, o eso intento. Me doy cuenta que estoy casi inmovilizado y que algo me aprisiona las piernas. En ese momento lo escucho....
El sonido del viento entrando por la ventana cuando dirijo mi mirada hacia allí...La figura...y esos ojos...Esos horrorosos ojos.
Muevo mis piernas para forzar un poco mis ataduras y me inclino hacia atrás sin dejar de mirar hacia la ventana. La bestia tenía sus fauces levemente abiertas y su penetrante mirada fija en mí.
No me pude mover más que unos pocos centímetros cuando mi espalda choca con un frio muro. Cuando intento ver en la oscuridad mis ataduras para poder escapar, pero por más que intento no puedo ver nada. Giro mi cabeza hacia la ventana cuando la criatura velozmente salta en la oscuridad y lo pierdo por completo.
De repente....Silencio...Lo único que oigo es mi respiración agitada y siento como mi corazón late desesperado intentando salir de mi pecho, además de la tensión muscular en mis piernas, la cual me hace doler.
Intento calmarme, mi respiración empieza a apaciguarse, mientras me esforzaba por descubrir la ubicación de esa criatura, pero esta se ocultaba en las sombras de tal manera que no tenia manera de saber donde estaba. Entonces escucho un sonido extraño. La bestia se movía hacia mí, y ese sonido se producía cuando su pelaje rozaba las paredes.
Cuando creí verlo, divise sus ojos en el lado opuesto. Gire constante mi cabeza de un lado a otro, buscando desquiciado a la criatura.
Gire mi cabeza hacia la derecha. En ese momento sentí una respiración en mi nuca. Me quede congelado por el miedo. Gire de a poco mi cabeza hacia el otro lado y antes de llegar a verlo sentí como su zarpa se apoyaba en mi hombro. Entonces en un intento desesperado por salvar mi vida lance un manotazo en dirección a la criatura. Ruido. Siento correr la sangre por mi brazo, cuando veo que tire el velador cerca de la puerta y alelí se va maullando.
Jodido despertarse así, che!
ResponderEliminarEstá muy bueno el cuento, ya lo hemos charlado!