Aníbal Carmelo Troilo, alias Pichuco (Buenos Aires, 11 de julio de 1914 - 18 de mayo de 1975) bandoneonista, compositor, director de orquesta de tango argentino.
«Antes de ponerme el fuelle en las rodillas me ponía la almohada
de la cama. Hasta que un día fuimos a un pic nic en lo que había
sido el viejo Hipódromo nacional. Habían llevado a dos bandonenistas
y tres guitarras, y cuando se fueron a comer yo subí unos escalones,
agarré un bandoneón y me lo puse en las rodillas. Esa fue
la primera vez. Yo tendría nueve años.»
(Aníbal
Troilo)
Durante su niñez, Troilo escuchaba tocar el bandoneón en los bares de su barrio. A los 10 años convenció a su madre para que le comprara su primer bandoneón. Felisa lo compró a 140 pesos de entonces, a pagar en 14 cuotas de 10 pesos; pero luego de la cuarta cuota el vendedor desapareció y nunca reclamó el resto.
Con ese bandoneón, Troilo tocó casi toda su vida.
Un año después, en 1925 (cuando contaba con 11 años de edad) Pichuco realizó su primera actuación, en un bar pegado al Mercado de Abasto (el mercado central de frutas y verduras de Buenos Aires). Más tarde integró una orquesta de señoritas. A los 14 años ya había formado un quinteto.
Desde 1953 hasta mediados de los años 60, Troilo mantuvo durante un tiempo una actividad musical paralela a la de su orquesta en dúo junto al guitarrista Roberto Grela, que después se convirtió en el Cuarteto Troilo-Grela. En 1968, ya distanciado de Grela, formó su propio cuarteto. Además de esto, Troilo grabó dos temas (El motivo y Volver) a dúo de bandoneones junto a Astor Piazzolla.
En 1938 se casó por civil con la griega Ida Zita Calachi. Cuando su madre Felisa murió, como homenaje la pareja se casó por iglesia. (En realidad, Pichuco no se fue a vivir con Zita hasta la muerte de su madre).
«Hoy va a tocar como Dios. Siempre toca como Dios cuando anda cerca del Diablo»
(Zita Troilo)
(Joan Manuel Serrat)
La muerte de su mejor amigo, el poeta Homero Manzi (1907-1951), le produjo una profunda depresión que duró más de un año. En su memoria compuso el tango Responso. En 1971 Troilo inauguró la plaza Homero Manzi (en conmemoración de los veinte años del fallecimiento del poeta).
«Hay algunos temas que son mis preferidos, mejor dicho los que más
quiero: Sur y Responso... Responso salió una noche que estábamos
en mi casa; había una gente ahí jugando al bacará
y yo, no sé... no sentía que estaba ahí. Eran las
4 de la madrugada, y de repente agarré, me fui a mi habitación
y empecé a tocar unas notas, así hasta que salió
Responso. Creo que era el mejor homenaje que podíamos hacerle a
Homero.»
(Aníbal Troilo)
Lamentablemente, como muchos de los más grandes artistas tanto de
aquella época como de siempre, Troilo padecía de alcoholismo y de
adicción a la cocaína (droga más común de lo que podría pensarse en las
primeras épocas del tango).
«A Ernesto Baffa, en 1975 (año del fallecimiento de Troilo):
—Ernestito, abrí el ropero y llévate todas las camisas.
—¡Para qué, gordo, si son tuyas! Dejate de joder...
—Y para qué las quiero yo, si allá arriba no hace frío.»
(Anibal Troilo)
Cuando le ofrecieron ir a Tokio, donde los tangueros tenían mucho éxito
con el auge del tango desde los años setenta: «¿Para qué voy a ir a
Japón si allá no conozco a nadie?».
«El tono de la gente triste es el re menor. Re, fa, la es el acorde de los pobres, porque tiene color gris. La gente que sufre está toda en re menor».
(Anibal Troilo)
«La calle es el mejor lugar de todos. Se aprende. En el hogar se
aprende la educación, pero en la calle se aprende a vivir... y
si no me lo digan a mí. Todo lo que aprendí, lo poco y extraño
que aprendí, lo aprendí en la calle.»
(Aníbal
Troilo)
«Troilo por Troilo
- ¿Cómo se portó el mundo contigo?
- Maravillosamente. Me dio la madre más linda del mundo y no sé cuantos amigos.
- ¿Y vos, cómo te portaste con el mundo?
- A veces mal. Fueron las veces que me porté mal con Aníbal Troilo.
- ¿Qué pensás de Aníbal Troilo?
- Que es una buena persona, amiga en el dolor, y con una gran pretención: la de darse cuenta alguna vez de que hizo algo importante en su vida.
- ¿Qué harías si desapareciera el tango?
- Creo que me moriría.»
- ¿Cómo se portó el mundo contigo?
- Maravillosamente. Me dio la madre más linda del mundo y no sé cuantos amigos.
- ¿Y vos, cómo te portaste con el mundo?
- A veces mal. Fueron las veces que me porté mal con Aníbal Troilo.
- ¿Qué pensás de Aníbal Troilo?
- Que es una buena persona, amiga en el dolor, y con una gran pretención: la de darse cuenta alguna vez de que hizo algo importante en su vida.
- ¿Qué harías si desapareciera el tango?
- Creo que me moriría.»
(Aníbal Troilo)
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